
Corría el 11 de agosto de 1973 cuando, en el 1520 de la Sedgwick Avenue en el Bronx (Nueva York), Clive Campbell, más conocido como DJ Kool Herc, realizó una fiesta para recaudar fondos y comprarle ropa a su hermana, Cindy Campbell, quien estaba por volver a la escuela.
Aquel día, Kool Herc utilizó su consola para repetir, a un ritmo bastante particular, un par de fragmentos (breaks) de dos vinilos, los cuales enloquecieron a los asistentes. Ante esto, Coke La Roc, el maestro de ceremonias (MC) de la noche, optó por acomodarse al ritmo y hablar sobre el mismo, en ese momento nació el rap, término acuñado años más tarde.
Dicha fiesta dio origen a dos de las principales ramas del Hip Hop, el dee-jaying (DJ) y el rap (MC). Estas representaciones artísticas se adueñaron de la cultura afroamericana en el Bronx. Más tarde, Afrika Bambaataa, otro de los pioneros, las unificó y, sumadas al break dance y el grafiti, se convirtieron en las principales ramas del Hip Hop.
A partir de ahí, el Hip Hop, a través del rap principalmente, empezó a expandirse. En cuestión de años, la cultura tenía adeptos en todas partes del mundo
Finalizando la década de los 80’s, el Hip Hop ya era cultura consolidada en Estados Unidos y el rap empezaba su época dorada. El auge de grupos como Run DMC, NWA y Public Enemy atravesó las fronteras estadounidenses en forma de discos, vinilos y casetes.
El rap estadounidense no tardó en llegar a Colombia y se expandió como una plaga. En los barrios marginales de la capital se identificaron con las letras de dichos grupos. De forma cruda, para muchos grotesca, narraban la difícil realidad de los afroamericanos. Abuso policial, drogas, pobreza y mucho más; eso vivían y de eso rapeaban.
La llegada del Hip Hop a Colombia no solo se le atribuye a los discos de rap, ya que el cine fue igual o, incluso, más importante.
Beat Street (1984) y Flashdance (1983), películas con el break dance como protagonista, causaron revuelo en Colombia. Aunque no estaban estrictamente ligadas al Hip Hop, sí dieron a conocer una de sus principales ramas y más de uno empezó a 'revolcarse' en el piso. Sin darse cuenta que estaban haciendo Hip |Hop, el break dance conquistó corazones y abrió él camino para la consolidación de la cultura en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín.
Llegó el Hip Hop, ¿qué pasó después?
Entrando en los 90’s, ya había una numerosa cantidad de hip hoppers en Bogotá, ciudad considerada la cuna de la cultura en Colombia. En los barrios populares de la ciudad, especialmente en Las Cruces, surgieron diferentes raperos, tanto solistas como grupos, que visibilizaron con sus letras la cruda realidad que vivían.
La lucha de los hip hoppers no solo era contra la desigualdad, pobreza y violencia con la que muchos crecieron, también era contra el establecimiento, pues a muchos los tildaban de delincuentes y por eso los medios de comunicación tradicionales no les ‘paraban bolas’.
Sabiendo muy bien que no eran bien vistos en diferentes esferas de la sociedad, sobre todo en las altas , que estaban tan acuñadas en los medios de comunicación tradicionales de la época, específicamente en la televisión y la radio, los hip hoppers de Bogotá optaron por emprender iniciativas de comunicación que les permitieran darse a conocer. En este pequeño pero trascendental aspecto del Hip Hop en Bogotá va a centrarse esta entrega periodística.
¿Cuál ha sido el rol de los medios de comunicación alternativos en la cultura Hip Hop de Bogotá? Con esa pregunta en mente, surgió una investigación que dio a conocer detalles, prácticamente olvidados, sobre los esfuerzos que hicieron cientos de personas por visibilizar su arte: rap, grafiti, deejaying y break dance.
Los medios de comunicación masivos o los mass media fueron, durante muchos años, los principales mediadores de los individuos con la sociedad. En palabras sencillas, las personas sabían lo que los mass media les mostraban y por eso eran más fáciles de convencer de una u otra idea. Por supuesto, en muchos casos los mass media obedecían, cosa que sigue pasando, a intereses políticos o económicos específicos, por lo que se hizo normal el evitar o invisibilizar ciertas realidades. En consecuencia, diferentes personas optaron por oponerse a los mass media con iniciativas de comunicación independientes, autogestionadas y, sobre todo, alejadas de los intereses que movilizan a los medios de comunicación masivos.
Con el avance tecnológico y la explosión de las diferentes plataformas de divulgación de contenido en Internet, los obstáculos económicos, logísticos y de infraestructura para la realización de medios de comunicación desaparecieron. Pero, antes del Internet, dichos obstáculos existían y las personas, en este caso los hip hoppers de Bogotá, lucharon contra ellos.
Entrando en la década de los noventa, cuando la cultura Hip Hop dio sus primeros pasos, los formatos impresos y escritos fueron la apuesta para visibilizar diferentes expresiones artísticas que no tenían cabida, por lo menos no la suficiente, en los mass media. Sin embargo, la imposibilidad de monetizar y de darse a conocer entre los hip hoppers, que se esparcían por todo el territorio bogotano, impidió la consolidación de un medio escrito. Fue entonces cuando la radio, a través de emisoras que no estaban ligadas a ningún grupo político o económico preponderante, apareció como el medio que afianzó la escena del Hip Hop en la ciudad.

Ya en el siglo XX, el Internet trajo consigo las redes sociales y las plataformas de difusión audiovisual, espacios que reemplazaron la radio como el medio de visibilizar, promocionar y, sobre todo, reunir a hip hoppers con sus diferentes formas de expresión. Con la web en su auge, los medios alternativos aparecieron por montones: páginas web, emisoras virtuales, producciones audiovisuales, perfiles en redes sociales y más.
Es necesario resaltar que esta investigación se enfocará en los medios de comunicación alternativos previos a la explosión del Internet y sus diferentes espacios de comunicación, ya que estos fueron los que, en medio de dificultades expuestas anteriormente, formaron los cimientos de la cultura y aportaron su granito de arena para que Bogotá sea reconocida en toda Latinoamérica como una de las capitales del Hip Hop.
Gotas de Rap es uno de los grupos más importantes en la historia del Hip Hop bogotano y, como pioneros, inspiraron a una generación. Mathyz, uno de los integrantes del grupo original, es un loco del Hip Hop. Con muy poca ayuda creó Akropolis, un museo del Hip Hop colombiano. Gracias a su pasión abrumadora, Mathyz coleccionó documentos, revistas, grabaciones, periódicos y más, que dan testimonio de los inicios del Hip Hop en Bogotá. La enorme cantidad de bibliografía de la cultura que está en sus manos lo convierte en el más indicado para saber hasta cuándo se remonta la primera aparición del Hip Hop en los medios de comunicación.
Un comercial de Naranja Postobón, por increíble que parezca, podría tomarse como la primera vez se vio una de las ramas artísticas del Hip Hop en los medios. Un grupo de bailarines de break dance hizo parte de la pauta publicitaria y puso en la televisión una muestra artística de la cultura, pero pocos se percataron de ello. Dichos bailarines eran los Bone Breakers, uno de los grupos más reconocidos de break dance en la segunda mitad de los ochenta.
La aparición de los Bone Breakers fue corta, casi imperceptible, pero, como uno de los primeros antecedentes en la relación del Hip Hop con los medios de comunicación, es necesario usarla como punto de partida .

Otro antecedente que muestra las primeras apariciones del Hip Hop en los medios de comunicación se remonta a 1983. Por aquella época se transmitía el programa Baila de Rumba. En este, bailarines de diferentes géneros demostraban sus habilidades al ritmo de las canciones más reconocidas de la época.
El Hip Hop tuvo su oportunidad de aparecer en el programa, que era conducido por Alfonso Lizarazo. Entre 1978 y 1987, tiempo en que se emitió, diferentes grupos de break dance de Colombia pasaron por el programa. Breakers de Cali, Bogotá, Medellín e, incluso, de Tunja, pusieron los primeros 'pinitos' del Hip Hop en los medios de comunicación tradicionales. Lastimosamente, las demás ramas del Hip Hop no lograron abrirse un espacio en los medios. Por eso, poco a poco, grafiteros, raperos y DJ's tuvieron que apostar por autogestionar formas para comunicar. Ahí, entrando en la década de los noventa, empezaron a surgir los medios de comunicación alternativos, que terminaron por consolidar el Hip Hop como una cultura muy importante en Bogotá y Colombia.


